¿Comes porque tienes ansiedad o tienes ansiedad y eso te empuja a comer desequilibradamente? La relación entre ansiedad y alimentación es, claramente, muy estrecha. Aquí te explicamos cómo afecta la ansiedad a la alimentación y qué puedes hacer para mejorar tu salud mental y física mediante una alimentación equilibrada.
Según datos del Ministerio de Sanidad, casi un 7% de los españoles sufre ansiedad. Muchos de ellos, además de sufrir un desequilibrio emocional, alteran su alimentación con hábitos perjudiciales para la salud. La mayoría tiende a aumentar el consumo de alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas. Incluso algunos llegan al atracón por ansiedad, un trastorno alimenticio que pone de manifiesto la estrecha vinculación entre la ansiedad y la alimentación.
En muchas ocasiones, los sentimientos de ansiedad y estrés nos empujan a buscar un espacio de evasión. Cuando esa evasión se traslada a la alimentación, se buscan alimentos que provoquen una respuesta de confort y placer. En esos casos, dulces y ultraprocesados suelen ser los más satisfactorios. Es por eso que la ansiedad acaba por adulterar y empeorar nuestra salud. Y se hace evidente físicamente con una indeseada acumulación de grasa localizada.
Además, a nivel físico, las emociones crean alteraciones hormonales que acentúan ese vínculo con la comida. Cuando tenemos ansiedad los niveles de cortisol aumentan, lo que provoca que tengamos más hambre, porque además de ser la hormona del estrés también interviene en la regulación del hambre. De un modo similar interviene la serotonina, la hormona que mayor peso tiene sobre el apetito dulce.
Cómo controlar la ansiedad en las comidas
De esta forma, si nos encontramos comiendo sin hambre, si abrimos la nevera cuando estamos aburridos o si tenemos la sensación de que no podemos controlar lo que comemos, debemos recurrir a un experto en psiconutrición para que nos ayude a reconducir la situación y nuestros hábitos. Y, mientras te decides a llamar a expertos cualificados para el asunto como los de Método FIVE by Sonia Lucena, puedes probar a:
- Identificar la causa que te genera ansiedad para evitar tu malestar.
- Poner toda tu atención en cada ingesta que haces. Estar presente es la mejor forma de indicar a tu cuerpo que estás satisfecho y no necesitas comer más. Mastica despacio y deléitate en cada sabor que detectes. Come sin prisa.
- Preguntarte cada vez que tengas apetito si es real o emocional.
- Planificar tus menús. Con una alimentación equilibrada es más fácil controlar el apetito repentino y desmesurado.
- Tener a mano otras estrategias de evasión: haz ejercicio, sal a caminar, llama a alguien cercano en quien puedas confiar para desahogarte… y busca ayuda de un profesional.