Dormir bien es mucho más importante de lo que crees. La calidad del sueño influye en la salud directamente. Cuando dormimos bien, nuestro sistema inmunológico funciona mejor y nuestra mente está despejada. Incluso podemos evitar enfermedades graves. Por eso, hoy repasamos todos los detalles que mejorarán la calidad de tu sueño de manera que tu salud se vea beneficiada.
Algunos estudios científicos señalan que quienes duermen entre 7 y 8 horas al día tienen menor riesgo de sufrir obesidad y presión arterial alta. Otras investigaciones añaden que si no se cuida la calidad del sueño y tratan los problemas de insomnio aumenta la probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares y diabetes. Por lo que la ciencia ha demostrado que la calidad del sueño influye en la salud.
Mientras que la comunidad científica sigue sin hallar la cifra exacta de horas que deberíamos dormir al cabo del día para obtener todos esos beneficios (unas personas parecen necesitar más que otras), parece claro que en torno a las 7-8 horas es una buena cantidad de horas de sueño. Una cantidad mínima también forma parte de la calidad del descanso, pero no es lo único que debe preocuparnos a la hora de tener un sueño de calidad.
Todo lo que puedes hacer para tener un sueño de calidad
- Mantén una rutina de sueño. Procura acostarte a la misma hora todos los días. A nuestro organismo le encantan las costumbres.
- Respeta los ciclos circadianos. Funcionamos mejor siguiendo las horas de luz. Procura dormir de noche y estar activo de día.
- Cuida el ambiente en tu dormitorio. Procura que esté ventilado y limpio y que el ambiente a la hora de dormir apenas tenga luz y sea silencioso. La temperatura ambiente, que también es importante, no debe ser superior a 19 grados ni inferior a 18.
- Mantente activa durante el día. Evita una vida sedentaria. Procura hacer ejercicio de intensidad moderada a alta cada día.
- Evita comidas pesadas y tarde. Cenar con antelación a marcharte a la cama evitará digestiones pesadas que te provoquen insomnio.
- Evita la luz azul. La de la pantalla del móvil, ordenador y tablet especialmente. Si no te queda otra que usarlos, activa el modo noche y, en la medida de lo posible, aléjalos de tu mesita de noche.